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Lecciones de la quiebra de Solid: El futuro del Banking-as-a-Service bajo la lupa

La caída de Solid, considerada el 'AWS de las fintech', revela problemas estructurales en el modelo BaaS. Un análisis detallado para emprendedores, inversores y reguladores.

Introducción

La quiebra de Solid, una startup fintech que aspiraba a convertirse en el ‘AWS de las fintech’, ha generado un gran impacto en el ecosistema financiero y tecnológico. Con una inversión acumulada de 81 millones de dólares y una promesa de transformación del modelo financiero tradicional, su colapso ha encendido alertas en todo el sector. Este artículo examina en profundidad los factores que llevaron a la desaparición de esta prometedora empresa y las lecciones que pueden extraerse para el futuro del banking-as-a-service (BaaS).

Más allá del drama financiero, el caso Solid pone en evidencia los retos de operar una infraestructura bancaria en la nube en un entorno regulatorio exigente y con presión por crecimiento rápido. A través de un análisis estructurado, abordaremos las causas internas y externas de su caída, el entorno de inversión en fintech, y cómo los actores del ecosistema pueden prepararse para evitar errores similares.

Este análisis está orientado a fundadores de startups, inversionistas, reguladores y profesionales del sector financiero interesados en comprender los riesgos y oportunidades del modelo BaaS.

La visión inicial de Solid como infraestructura bancaria modular

Solid nació en 2018 con la ambiciosa visión de ofrecer una plataforma de infraestructura bancaria basada en APIs. Su propuesta consistía en permitir que cualquier empresa pudiera ofrecer servicios financieros—como cuentas bancarias, tarjetas y pagos—sin necesidad de ser una institución regulada. Esta idea tomó inspiración del modelo de Amazon Web Services (AWS), que simplificó el acceso a la computación en la nube para cualquier negocio digital.

Desde el inicio, Solid se posicionó como un proveedor de soluciones modulares, permitiendo a sus clientes seleccionar componentes específicos según sus necesidades. Esta flexibilidad prometía reducir significativamente los tiempos de implementación y los costos operativos frente a desarrollos internos tradicionales.

En sus primeros años, Solid atrajo a más de 100 clientes y mostró un crecimiento de ingresos de 10x, lo que despertó el interés de inversionistas de alto perfil. Sin embargo, esta narrativa de éxito pronto revelaría inconsistencias críticas.

La estructura tecnológica de Solid: fortalezas y debilidades

La arquitectura de Solid estaba compuesta por cuatro módulos clave: Banking Core, Payments Engine, Card Issuance y Crypto Gateway. Esta estructura técnica permitía a sus clientes integrar servicios financieros en semanas, en lugar de meses. Sobre el papel, el modelo era escalable y replicable, lo que lo hacía atractivo para startups y empresas en expansión.

No obstante, en la práctica surgieron limitaciones importantes. El Banking Core requería validaciones regulatorias constantes, el Payments Engine dependía de integraciones complejas con redes bancarias, y la emisión de tarjetas demandaba acuerdos con emisores y cumplimiento normativo. El módulo de cripto, por su parte, enfrentaba un entorno legal volátil.

La complejidad técnica y legal subyacente fue subestimada tanto por Solid como por sus inversionistas. Este desfase entre la promesa tecnológica y la realidad operativa fue uno de los factores determinantes en su colapso.

Fundraising y valorización: del pico al abismo

En agosto de 2022, Solid recaudó 63 millones de dólares en una Serie B liderada por FTV Capital. La compañía alcanzó una valoración de 330 millones de dólares, reflejando una fuerte confianza del mercado en su modelo de negocio. Los documentos oficiales reportaban ingresos anualizados de 32 millones y una tasa de retención de clientes del 85%.

Sin embargo, en 2023, FTV Capital presentó una demanda acusando a Solid de fraude financiero. Alegaban que los ingresos reales eran de solo 8 millones y la retención de clientes rondaba el 45%. Además, el costo real de adquisición de clientes era tres veces mayor al reportado.

Este conflicto legal afectó de forma irreversible la imagen de Solid, agravando su situación financiera justo cuando requería levantar una nueva ronda de financiación. El caso muestra cómo una valoración inflada sin fundamentos sólidos puede volverse en contra de una startup.

Conflictos internos y desgaste legal

La batalla legal entre Solid y FTV Capital se convirtió en un obstáculo operativo de gran magnitud. Mientras la empresa necesitaba enfocarse en mejorar su producto y captar nuevos clientes, gran parte de su atención y recursos se desviaron hacia la defensa legal. Las acusaciones de fraude, aunque resueltas extrajudicialmente en abril de 2024, dañaron profundamente la reputación de la empresa.

Por otro lado, los fundadores contraatacaron acusando a FTV de prácticas predatorias, argumentando que el fondo buscaba controlar la empresa tras la corrección del mercado tecnológico. La disputa resultó en un ambiente tóxico que erosionó la moral interna y alejó a potenciales socios comerciales.

Este caso subraya la importancia de mantener relaciones sanas entre fundadores e inversionistas, especialmente en sectores regulados donde la confianza es un activo crítico.

Dependencia de un único socio bancario

Uno de los errores estratégicos más graves de Solid fue su dependencia de Evolve Bank & Trust como socio bancario exclusivo. Esta institución ya estaba vinculada a múltiples startups fintech que también enfrentaron problemas regulatorios o financieros.

La concentración en un solo proveedor bancario expuso a Solid a riesgos operativos y reputacionales. Cuando Evolve enfrentó escrutinio por parte de los reguladores, Solid sufrió directamente las consecuencias, incluyendo bloqueos temporales en sus servicios y pérdida de confianza por parte de los clientes.

La lección aquí es clara: la diversificación de socios estratégicos es esencial para mitigar riesgos sistémicos, especialmente en modelos BaaS altamente dependientes de terceros.

Unit economics y falta de rentabilidad

A pesar de su crecimiento inicial, Solid nunca logró alcanzar una rentabilidad sostenible. Sus unit economics eran débiles: el costo para adquirir un nuevo cliente superaba los ingresos generados durante los primeros 18-24 meses de relación.

La empresa mantenía una quema mensual de 2.1 millones de dólares frente a ingresos recurrentes de apenas 650 mil. Este desbalance financiero se volvió insostenible en un entorno de menor disponibilidad de capital riesgo a partir de 2022.

El caso demuestra que el crecimiento agresivo no puede sustituir la necesidad de una estrategia financiera sólida basada en rentabilidad por cliente y optimización de costos.

El entorno macroeconómico como catalizador del colapso

El colapso de Solid no puede entenderse sin considerar el entorno económico global post-2022. La contracción del mercado tecnológico y la cautela de los fondos de capital riesgo complicaron la posibilidad de levantar una Serie C.

Según documentos internos, Solid mantuvo conversaciones con más de 50 fondos sin éxito. La falta de liquidez obligó a la empresa a reducir su plantilla de 120 empleados a solo 3 antes de declarar el Chapter 11.

Este entorno adverso amplificó los errores internos y aceleró el colapso. Las startups deben anticiparse a estos ciclos de contracción y planificar con al menos 24 meses de runway financiero.

Lecciones clave para emprendedores fintech

El caso Solid deja varias enseñanzas cruciales para fundadores de startups fintech. Primero, la transparencia financiera debe ser radical desde las etapas iniciales. Sistemas de reporting auditables ayudan a construir confianza con inversionistas y reguladores.

Segundo, la diversificación de socios y verticales es esencial para evitar concentraciones de riesgo. Tercero, la gestión conservadora del capital permite sostener operaciones incluso en ciclos económicos adversos. Finalmente, centrarse en unit economics sólidos es más importante que mostrar crecimiento superficial.

Estas prácticas pueden marcar la diferencia entre escalar de forma sostenible o colapsar ante el primer obstáculo serio.

Recomendaciones para inversionistas institucionales

Para los fondos de capital riesgo, el caso Solid recalca la necesidad de realizar una due diligence técnica profunda. No basta con evaluar la visión del equipo o el tamaño del mercado; se debe validar la capacidad real de la infraestructura propuesta.

También se recomienda incluir cláusulas protectoras adaptativas en los términos de inversión, como mecanismos anti-dilución y control financiero en casos de desviaciones significativas. La participación activa en el gobierno corporativo, mediante directores independientes con experiencia regulatoria, puede prevenir crisis internas.

Una inversión inteligente en fintech requiere una combinación de conocimiento técnico, visión de largo plazo y vigilancia constante.

Implicaciones para reguladores financieros

Los reguladores enfrentan el reto de crear marcos específicos para modelos BaaS sin frenar la innovación. Una propuesta viable incluye certificar operativamente a proveedores BaaS mediante auditorías técnicas independientes y establecer protocolos de contingencia para proteger a los usuarios en caso de quiebra.

Además, se debe exigir transparencia en las relaciones entre fintechs y sus socios bancarios, incluyendo términos contractuales y niveles de responsabilidad operativa. Estas medidas reducirían el riesgo sistémico sin imponer barreras de entrada excesivas.

Un marco regulatorio bien diseñado puede fortalecer el ecosistema fintech y proteger a los consumidores sin ahogar el desarrollo tecnológico.

El futuro del Banking-as-a-Service

A pesar del colapso de Solid, el modelo BaaS sigue teniendo un enorme potencial. Empresas como Synctera están demostrando enfoques más sostenibles mediante el uso de machine learning para automatizar el compliance y modelos de monetización basados en revenue sharing.

La próxima generación de plataformas BaaS deberá aprender de los errores de Solid, integrando arquitecturas más resilientes, estrategias financieras robustas y relaciones regulatorias más claras. El enfoque híbrido entre cloud y sistemas on-premise también puede ofrecer mayor estabilidad para clientes institucionales.

El futuro del BaaS no está cancelado. Está en redefinición.

Conclusión

La historia de Solid es una advertencia y una oportunidad. Advierte sobre los peligros de la sobrevaloración, la mala gestión y la falta de transparencia. Pero también ofrece una oportunidad para construir un modelo de banking-as-a-service más sólido, transparente y sostenible.

Emprendedores, inversores y reguladores deben colaborar para establecer un ecosistema fintech resiliente que combine innovación con responsabilidad. Las lecciones están sobre la mesa. El futuro dependerá de quién las aplique mejor.

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