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Introducción: De Robinhood a los satélites solares
Baiju Bhatt, conocido por cofundar la plataforma de inversión Robinhood, ha sorprendido al ecosistema tecnológico al redirigir su enfoque desde las finanzas hacia la energía espacial. Su nueva startup, Aetherflux, busca resolver uno de los mayores desafíos de la transición energética: cómo proporcionar electricidad constante y sostenible aprovechando el sol, incluso desde el espacio. Este artículo explora la visión detrás de Aetherflux, su viabilidad técnica y económica, y las implicaciones que podría tener para el futuro energético global.
En lugar de centrarse en la Tierra, Bhatt mira hacia el cielo. Con satélites en órbita baja que recolectan energía solar y la transmiten mediante láseres infrarrojos hacia estaciones receptoras terrestres, Aetherflux se ubica en la intersección entre la innovación aeroespacial, la sostenibilidad y el capital de riesgo. ¿Podrá repetir el impacto que tuvo con Robinhood? A continuación, desglosamos todos los ángulos de esta ambiciosa apuesta.
El legado de Robinhood: Democratizar las finanzas
Robinhood revolucionó el acceso a los mercados financieros al eliminar las comisiones por transacción. Fundada en 2013, la plataforma atrajo millones de usuarios jóvenes e inexpertos gracias a su interfaz intuitiva y experiencia centrada en el móvil. Este enfoque no solo desafió a corredores tradicionales como Charles Schwab, sino que también cambió para siempre las expectativas del inversor minorista moderno.
Baiju Bhatt, junto con Vlad Tenev, diseñó un modelo que priorizaba la accesibilidad. El resultado fue una explosión de participación de usuarios menores de 30 años, quienes representaban más del 50% de la base en 2020. Aunque el modelo fue criticado por fomentar la inversión impulsiva, su impacto es innegable: más de 20 millones de cuentas activas y un cambio estructural en el sector financiero.
Este historial de disrupción le otorga a Bhatt una credibilidad invaluable, ahora canalizada hacia una industria completamente diferente: la energética, con los ojos puestos en el espacio.
Aetherflux: Energía solar desde el espacio
Aetherflux nace con la misión de resolver dos limitaciones fundamentales de la energía solar tradicional: la intermitencia y la dependencia de infraestructura terrestre. Su propuesta: satélites en órbita baja equipados con paneles solares y láseres infrarrojos capaces de transmitir energía directamente a la Tierra, incluso de noche o en regiones remotas.
La startup, fundada en 2023 con $10 millones de capital inicial aportados por Bhatt, planea lanzar su primer satélite de demostración en 2026. Fabricado por Apex Space, el satélite Aries será clave para validar la tecnología de “enlace energético extremo-extremo”. Este prototipo busca confirmar si es factible recolectar energía solar en órbita, convertirla en luz infrarroja y transmitirla de forma segura hacia una estación terrestre.
Si tiene éxito, este hito podría posicionar a Aetherflux como pionera en una nueva categoría energética: la transmisión solar orbital. No es solo ciencia ficción; es una hoja de ruta concreta hacia un modelo energético radicalmente distinto.
Satélites solares: ¿Cómo funciona la tecnología?
La idea de capturar energía solar en el espacio no es nueva, pero Aetherflux propone una arquitectura innovadora. Cada satélite orbita a baja altitud (LEO), recolecta energía solar mediante paneles de alta eficiencia y la convierte en luz infrarroja mediante láseres direccionados. Esta luz se dirige hacia receptores terrestres que la reconvierten en electricidad aprovechable.
La ventaja principal es la continuidad: al estar fuera del alcance de la atmósfera y del ciclo día/noche, estos satélites pueden recolectar energía de forma constante. Además, se elimina la necesidad de desplegar infraestructura terrestre en zonas aisladas, lo que amplía el alcance potencial de la energía renovable.
Sin embargo, la eficiencia actual de conversión solar-láser-electricidad ronda apenas el 25-30%, lo que representa un gran desafío técnico. Aetherflux trabaja con expertos de la NASA, SpaceX y Lockheed Martin para mejorar estos números y reducir la pérdida energética en el proceso.
Demostraciones técnicas: El satélite Aries en 2026
La validación tecnológica es el primer gran hito para Aetherflux. Su demostración planeada para 2026 contará con un satélite Aries, diseñado por Apex Space. Este dispositivo probará la cadena completa: captación solar, conversión en láser, transmisión y conversión a electricidad en la Tierra.
El objetivo es demostrar que la transmisión energética desde el espacio no solo es posible, sino viable a escala. Aries generará hasta 1 kilovatio de potencia, suficiente para abastecer algunos dispositivos o iluminar un pequeño módulo. Aunque modesto, este paso es esencial para convencer a inversores, gobiernos y utilities.
Más allá del rendimiento, la seguridad será clave. El uso de láseres infrarrojos plantea preguntas regulatorias y de salud pública. Aetherflux trabaja con autoridades para garantizar que las transmisiones no interfieran con otros dispositivos ni representen riesgos para humanos o animales.
Contexto: El auge de la economía espacial
La economía espacial vive un momento de auge sin precedentes. Los costos de lanzamiento han caído drásticamente gracias a SpaceX, mientras que la miniaturización tecnológica permite construir satélites más pequeños y eficientes. En este contexto, modelos como el de Aetherflux ya no parecen imposibles.
Según Morgan Stanley, el mercado espacial global podría alcanzar $1 billón para 2040. A esto se suma una creciente presión por descarbonizar la matriz energética global. La energía solar espacial aparece como una solución complementaria que puede jugar un papel clave en esa transición.
No obstante, los desafíos técnicos y regulatorios son considerables. Desde la gestión del espectro electromagnético, hasta la coordinación internacional de órbitas, muchos aspectos del modelo de Aetherflux aún requieren consenso global.
Economía del proyecto: ¿Es viable el modelo?
Los costos actuales de un satélite operativo como el que propone Aetherflux rondan los $200 millones, según analistas del sector. Para abastecer una ciudad pequeña se requerirían al menos 300 satélites, lo que eleva el monto a cifras astronómicas. ¿Es viable financiar una infraestructura así?
Aetherflux ha mitigado parte del riesgo económico mediante alianzas estratégicas. El Departamento de Defensa de EE.UU. ha financiado parte del desarrollo para explorar aplicaciones militares. Además, la empresa cerró una ronda Serie A por $50 millones en abril de 2025, respaldada por firmas como Index Ventures y Breakthrough Energy Ventures, el fondo climático de Bill Gates.
En el corto plazo, el modelo de negocio se enfocará en clientes institucionales con necesidades energéticas críticas y ubicaciones remotas, como bases militares y centros de investigación. A largo plazo, la escalabilidad dependerá de avances en eficiencia y reducción de costos satelitales.
Perfil del equipo: Talento aeroespacial de élite
Uno de los activos más valiosos de Aetherflux es su equipo. Bhatt ha reclutado ingenieros provenientes de la NASA, SpaceX y Lockheed Martin. Este capital humano especializado es esencial para superar los desafíos técnicos de la conversión energética, la transmisión láser y la gestión orbital.
Además, la empresa opera desde San Carlos, California, en el corazón del ecosistema tecnológico. Esta proximidad a centros de innovación le permite colaborar con proveedores avanzados de materiales, óptica adaptativa y tecnologías de control térmico, todos elementos clave para sus satélites.
La combinación de visión empresarial con conocimiento técnico profundo le da a Aetherflux una ventaja competitiva única frente a otros proyectos similares que han quedado en el camino por falta de ejecución.
Capital de riesgo: Un mercado selectivo
El panorama actual del venture capital está marcado por una alta concentración de fondos en proyectos de inteligencia artificial. En el primer trimestre de 2025, OpenAI acaparó el 44% del total invertido en startups, según datos de Crunchbase. En este entorno, levantar capital para proyectos deep-tech como Aetherflux es una tarea compleja.
Bhatt reconoce que incluso con un historial exitoso, convencer a inversores requiere ofrecer hitos demostrables y una visión clara del retorno. La demo orbital de 2026 será un punto de inflexión para atraer nuevos fondos y alianzas estratégicas.
Los inversores buscan ahora soluciones alineadas con prioridades globales como la sostenibilidad y la seguridad energética. Aetherflux, al posicionarse en ambos frentes, está bien ubicada para captar capital de impacto y fondos soberanos.
Aplicaciones prácticas y ventajas competitivas
Más allá de su potencial futurista, la energía solar espacial tiene aplicaciones inmediatas. Entre ellas: abastecer zonas afectadas por desastres naturales, bases militares en ubicaciones remotas, minería en lugares extremos y misiones lunares o marcianas.
Otra ventaja es la posibilidad de crear redes energéticas descentralizadas e independientes de la infraestructura terrestre. Esto reduce la vulnerabilidad frente a cortes, sabotajes o fenómenos climáticos extremos, una preocupación creciente en contextos de cambio climático.
La clave para escalar será demostrar que el modelo es más barato o más confiable que las soluciones actuales, especialmente en regiones donde construir infraestructura solar terrestre es inviable.
Retos técnicos y regulatorios
El uso de láseres para transmitir energía plantea preocupaciones regulatorias. La ONU y la FCC deberán establecer normas claras sobre seguridad, interferencia electromagnética y uso del espectro. Además, se requerirá coordinación internacional para evitar colisiones orbitales y garantizar la sostenibilidad del espacio.
Desde el punto de vista técnico, la eficiencia de conversión sigue siendo el talón de Aquiles. Aumentar la eficacia de los paneles solares, reducir la dispersión del láser en la atmósfera y mejorar la captación terrestre son áreas clave de I+D en curso.
Aetherflux está apostando por tecnologías emergentes como la óptica adaptativa y materiales ultralivianos para superar estos retos y reducir drásticamente el tamaño y costo por kilovatio transmitido.
Visión a futuro: ¿Qué esperar en 2030?
Bhatt proyecta que hacia 2030, Aetherflux podría reducir el costo y tamaño de sus satélites en un 90% mediante innovación en materiales y diseño modular. Esto permitiría desplegar constelaciones energéticas a gran escala, abasteciendo ciudades enteras con energía limpia desde el espacio.
La disrupción real llegará si logran escalar la eficiencia de conversión a más del 50% y automatizar el mantenimiento orbital. En ese escenario, el modelo se vuelve competitivo frente a energías fósiles en términos de costo y confiabilidad.
Mientras tanto, los hitos de los próximos años —especialmente la demo de 2026— serán clave para validar esta visión y atraer socios estratégicos dispuestos a apostar por una energía verdaderamente planetaria.
Conclusión: Satélites como pilares de la transición energética
Aetherflux representa una de las apuestas más audaces del panorama tecnológico actual: usar el espacio como fuente de energía limpia y constante. Aunque enfrenta desafíos significativos, su impacto potencial podría redefinir la matriz energética global.
La visión de Baiju Bhatt, la solidez de su equipo, y el respaldo de inversores estratégicos colocan a la compañía como un actor a observar de cerca. Para emprendedores e inversores, su modelo ofrece lecciones valiosas sobre cómo escalar innovación deep-tech en sectores complejos como el aeroespacial y energético.
El evento StrictlyVC será una oportunidad única para conocer de primera mano los próximos pasos de una startup que podría convertir al cielo en nuestra próxima fuente de energía.